El sistema bipartidista estadounidense que ha protegido la economía está en crisis y está experimentando las etapas iniciales de su autodestrucción. La clase capitalista sabe que ya no puede regir de la forma en que antes lo hacía. Desde batallas en torno a los presupuestos estatales, la lucha por los derechos de los inmigrantes, la búsqueda de servicios decentes de salud y la protección de la educación pública, hasta el movimiento denominado “Ocupar Wall Street”, el pueblo estadounidense está cada vez más consciente de que algo marcha terriblemente mal. El pueblo está exigiendo que el gobierno resuelva sus problemas y está cada vez más descontento porque el mismo se rehúsa a hacerlo.

El impulso hacia el establecimiento de un tercer partido está surgiendo a partir de diversas tendencias históricas. Al mismo tiempo, este partido se está formando y moldeando en el contexto de las condiciones cualitativamente nuevas y las luchas que se están originando con base en tales condiciones. Independientemente de la forma que tomen, se puede distinguir estas luchas dentro del mismo contexto — el trastorno y la destrucción del sistema capitalista, ocasionados por la producción electrónica — y la lucha por reorganizar a la sociedad con base en los nuevos medios de producción.

Aunque las luchas son intensas, en un sentido histórico, éstas apenas empiezan. La conciencia política que se inculca en el movimiento de hoy contribuirá a moldear su contenido a medida que se desarrolla la lucha.

Respuesta a la crisis económica en el denominado “Cinturón de Óxido”

La respuesta ante la crisis económica comenzó a desarrollarse en el ámbito de las ciudades y los estados de este país, después de las elecciones del 2010. Esta respuesta ayudó a impulsar ataques abiertos contra la clase obrera, favoreciendo aún más el desvío de la riqueza hacia las corporaciones y las personas adineradas.

La lucha frente a los recortes de los presupuestos estatales y contra los ataques a las negociaciones colectivas durante la primavera del 2011 experimentó fases interrelacionadas y coincidentes. Las protestas abiertas en contra de la legislación pendiente cobró la forma de ocupaciones en varias ciudades. La lucha se manifestó en varias campañas sobre peticiones de revocación o anulación y después en elecciones para la destitución de los funcionarios electos o para anular la legislación aprobada. Este proceso varió en los diferentes estados, según las condiciones políticas existentes en cada uno.

En la primera fase se presenciaron manifestaciones abiertas en las capitales estatales en todo el Cinturón de Óxido. Surgieron ocupaciones y protestas diarias cuando se llevó a cabo la primera descarga hacia los empleados públicos, estado por estado. Si bien las protestas representaron algunos de los encuentros más grandes de este tipo desde los años 30 y 60, las mismas no fueron suficientes para detener la embestida, ya que las legislaturas estatales pasaron a rediseñar el gobierno para que estuviera al servicio de los intereses de las corporaciones, más que los del pueblo. Wisconsin, Ohio y Michigan estuvieron a la vanguardia en la lucha.

La respuesta ante el ataque se expresó con diversos grados de intensidad. Tanto en Wisconsin como en Ohio, las legislaturas respectivas aprobaron propuestas de ley sobre los presupuestos y sus gobernadores las firmaron. Estas propuestas de ley fueron ataques directos a los derechos de negociación colectiva de todos los trabajadores del sector público en estos estados.

Los ataques en tales estados dieron pie a una respuesta militante proveniente de todos los segmentos de la mano de obra organizada. Ello ayudó a unir a los trabajadores de ambos estados, tanto del sector público como del privado.

En la primera fase, se llevaron a cabo campañas rápidas, decisivas y exitosas de anulación y revocación en Wisconsin y Ohio en contra de los representantes republicanos. En la fase siguiente, los obreros de Wisconsin debían ganar tres escaños de los destituidos en el Senado para obtener la mayoría; sin embargo, sólo pudieron obtener dos escaños, por lo que los republicanos mantuvieron la mayoría.

En el caso de Ohio, el proceso de revocación logró bastante éxito. Se necesitaban 300,000 firmas en todo el estado y lograron obtener un millón más. La lucha fue intensa en el marco de estas dos campañas. La lucha ha polarizado a la población de cada estado, en tanto los obreros intentan repeler el control corporativo que se les está imponiendo.

En Michigan, los ataques fueron diferentes. El gobernador Rick Snyder y las fuerzas corporativas se basaron en la vieja estrategia de “dividir y conquistar” para enfrentar a un grupo en contra del otro. Por consiguiente, los empleados públicos no están siendo víctimas de ataques, sólo los empleados estatales. No se están gravando con impuestos todas las pensiones del personal jubilado sólo aquellas que se sitúan en ciertas categorías de edad. El gobernador de Michigan ha tenido éxito con este ataque contra una entidad a la vez; por lo tanto, la solidaridad a lo largo del estado ha sido menos rápida.

El Partido Demócrata de Michigan declaró abiertamente que no tendría nada que ver con ninguna de las peticiones — la “destitución del gobernador Snyder” o la “revocación de la Ley Pública 4” (Gerente de Emergencia), la cual tiene el poder de asumir el control de las municipalidades, los ayuntamientos y los distritos escolares. Los sindicatos de este estado sólo apoyaron los esfuerzos de los dientes para afuera. Sin embargo, la AFSCME y los sindicatos de maestros ayudaron con los costos de impresión relativos a las peticiones de “revocación de la Ley Pública 4”.

La petición fue un esfuerzo estrictamente voluntario en Michigan. Un amplio segmento de personas recopiló firmas tanto para la “destitución del gobernador Snyder” como para la “revocación de la Ley Pública 4”, a pesar de que sólo hay tres ciudades —Benton Harbor, Ecorse y Pontiac, Michigan y el distrito escolar de Detroit— que están resultando afectadas por los “gerentes de emergencias”.

Sin embargo, el estado ya está extrayendo concesiones de otras ciudades. En la ciudad de Northville, los maestros de las escuelas ratificaron un contrato que aumenta el costo de lo que tienen que pagar de su propio bolsillo de $300 a $3,000 por la obtención de servicios de salud. Y la policía de Detroit tuvo que firmar un contrato que pone fin a las pensiones, obligándolos a utilizar su plan de retiro denominado 401K.

Michigan está enfrentando una de las peores crisis económicas de la historia: mucha gente está experimentando recortes en los servicios de asistencia y están en marcha otras reducciones en los programas de protección social. La legislatura de este estado votó a favor de la propuesta del gobernador Snyder de limitar el período de tiempo a 48 meses (4 años de por vida) para las personas que reciben asistencia social (algo que forma parte de la denominada reforma a la asistencia social que patrocinó Clinton en 1996). Esto afecta negativamente a decenas de miles de personas, lo que incluye a unos 45,000 niños. Casi el 25 por ciento de los niños en Michigan viven en la pobreza. ¿Cómo alimentarán las familias a sus niños, pagar el alquiler o las mensualidades de sus hogares, y costear la atención a la salud? El pueblo de este país está en guerra y los revolucionarios deben educar a la clase obrera sobre el papel que deben desempeñar en el marco de ésta.

Como resultado de todas estas luchas, existe una efervescencia en el interés hacia el Cinturón de Óxido para el establecimiento de todo tipo de partidos. Las instituciones y las organizaciones “legítimas” no forman parte de este proceso. Lo que queda es el enojo, la frustración y una gran masa de personas que no tienen una expresión organizativa ni líderes que hablen en su nombre, y que en algún momento pueden explotar.

El desarrollo de un tercer partido en los Estados Unidos

Está en marcha un movimiento hacia el desarrollo de un tercer partido en los Estados Unidos. Los sindicatos están ampliando su margen de independencia con respecto al Partido Demócrata, y tanto la base de votantes independientes de Obama como lo que queda de la vieja coalición de Roosevelt están a la deriva. Si bien en este momento no se está haciendo un llamado general, popular u organizado para la instauración de este partido, están sucediendo acontecimientos clandestinos preliminares a través de un sondeo pre-partido bajo la forma de artículos, declaraciones, reuniones, debates y conferencias.

Si bien la mayor parte de estas conversaciones parecen estar inconexas, las mismas representan el movimiento de una tercera agrupación política que ya tiene un pie adentro del Partido Democrática para impulsar lo que se debe hacer y el otro pie afuera para plantear la necesidad de crear nuevos partidos políticos reformistas a la izquierda del Partido Demócrata. Después (y posiblemente antes) de las elecciones generales del 2012, habremos de presenciar un movimiento más rápido y una organización dirigida hacia el desarrollo de terceros partidos.

Siempre debemos preguntarnos una interrogante fundamental durante cada paso a lo largo del rumbo de la marcha revolucionaria: “¿A qué está preparado el pueblo estadounidense para comprender en este momento?”

Las encuestas más recientes señalan que una creciente cantidad de estadounidenses considerarían de forma favorable la creación de un tercer o cuarto partido. Dos encuestadores, Patrick Caddell y Douglas Schoen, recopilaron los resultados de estas encuestas en un artículo de opinión publicado en el Wall Street Journal el 25 de agosto del 2011 y titulado "Expect a Third-Party Candidate in 2012" (Esperen el candidato de un tercer partido en el 2012), en el cual escribieron que "únicamente el 17 por ciento de los posibles votantes en los Estados Unidos piensa que el gobierno federal tiene actualmente el consentimiento de los gobernados, mientras que el 69 por ciento considera que el gobierno no cuenta con tal consentimiento”.

“Más de la mitad (el 51 por ciento) de los votantes favorecieron un tercer partido político principal”, explicó el artículo. “Casi un tercio (el 31 por ciento) dijo que el hecho de contar con un tercer partido en nuestro país es muy importante. Los votantes favorecieron la idea de tener un tercer partido que postule a un candidato para presidente en el 2012 con un margen del 58 al 13 por ciento — con uno de cada cinco que afirmó que tenía la certeza absoluta o era muy probable que votara por el candidato de un tercer partido”.

“De acuerdo con estos resultados, el 52 por ciento de todos los que respondieron a la encuesta de Gallup” en mayo informó que existe la necesidad de un tercer partido” y por primera vez en la historia de Gallup, la mayoría de los republicanos encuestados acogió la idea.

Históricamente la clase obrera ha estado vinculada económicamente a la clase capitalista en el punto de la producción. Este vínculo ha sido a través del Partido Demócrata. Actualmente, este partido continúa siendo el elemento adherente que vincula a los obreros con los capitalistas en el ámbito político. Es por eso que la estrategia de la Liga es de dirigir un golpe en el medio — el Partido Demócrata — para poner fin a esta conexión, como primer paso hacia el desarrollo de la independencia política de la clase trabajadora.

¿Es el desarrollo de un tercer partido un golpe que se dirige en el medio? Lo es. Y los revolucionarios deben acoger y adoptar el movimiento hacia un tercer partido. A medida que se expulsa a cada vez más trabajadores del proceso de producción y de la economía capitalista, los nexos políticos subjetivos están empezando a deshacerse y a romperse. El proceso se acelera con el desarrollo de un tercer partido, el cual se transforma en un nuevo ambiente y una nueva escuela para la independencia política del predominio capitalista.

Las alianzas tácticas con el desarrollo de un tercer partido burgués son temporales y necesarias, al igual que totalmente congruentes con el rumbo de la marcha revolucionaria. Si bien la Liga lucha codo a codo con otras fuerzas para crear un tercer partido, la misma continúa preparada para luchar contra aquellas expresiones que fomentan cualquier forma de explotación y la propiedad privada.

Como revolucionarios, estamos comprometidos integral e íntimamente y para siempre con el desarrollo de la independencia política de la clase obrera y de la conciencia de clase, a fin de tomar cada paso necesario y completar cada etapa a lo largo de todo el rumbo de la marcha revolucionaria.

Investigar, estudiar y aprender de la historia

La filosofía nos enseña que las cosas se desarrollan a manera de eliminación– destrucción y de preservación. ¿Qué se destruirá? ¿Qué se preservará?

Para dar respuesta a estas preguntas y planificar de antemano, es necesario contar con una profunda comprensión de la política estadounidense y de los aparatos políticos del país. Se necesita conducir cierto grado de investigación sobre cuáles son los centros o las agrupaciones rebeldes dentro de los aparatos existentes que pueden atraer a todos estos grupos inconexos y dispersos que actualmente están tanteando el terreno para la instauración de un tercer partido. Éste no surgirá de los deseos de alguien, sino que se originará de las tendencias históricas y del desarrollo de las mismas durante un largo período de tiempo.

Cuando hablamos de un tercer partido debemos tener muy presentes que nos referimos a un partido burgués, a un partido que se formará para salvar a la propiedad privada — si no es que al capitalismo. La formación de tal partido no requiere del mismo tipo de ruptura radical con la tradición que sí exigirá un partido de los trabajadores.

¿Qué aprendemos del último gran esfuerzo dirigido a la formación de un tercer partido? En 1948, el Partido Progresista del Pueblo (PPP) se encontraba en una situación difícil. Todo parecía indicar que el fascismo se apoderaría del país. En esta difícil situación, el Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA) se transformó en el organizador principal del PPP, con lo cual dejó por completo su papel independiente. Aunque fue correcto aceptar los objetivos del PPP, nunca identificaron sus propias posiciones independientes. En consecuencia, se le derribó junto con el CPUSA. Este último logró desempeñarse tan bien como lo hizo porque Henry Wallace, anticomunista, era una persona decente que no los acusó ni los denunció dentro del PPP.

Las personas que se dirigen hacia la formación de un tercer partido actualmente son mucho más burguesas, más anticomunistas y menos experimentadas.

Finalmente, debemos comprender lo que actualmente está impulsando el movimiento de un tercer partido. En 1948 fueron los restos de la coalición de Roosevelt y todo lo que la misma representaba. Actualmente, hay un proceso objetivo que está impulsando este proceso. Es el desarrollo irreversible de la electrónica, con la consiguiente reducción del valor y de los estándares de la mano de obra, al igual que el salto inevitable hacia un nuevo orden social cualitativamente nuevo.

Las tareas de la Liga

Al centro de las luchas actuales se encuentra el esfuerzo de la clase gobernante dirigido a realinear la superestructura política para proteger la propiedad privada y el dominio manifiesto de las corporaciones, al igual que la resistencia frente a esos esfuerzos por parte de un creciente segmento del pueblo estadounidense.

La clase gobernante no tiene intención alguna de permitir que la creciente cantidad de personas privadas de propiedades cuenten con una voz política. Frente a la fuerza destructora de la clase gobernante, el pueblo estadounidense no tiene ninguna representación y no hay nada que se vislumbre en el futuro que salga a la defensa del pueblo, el cual está disperso y dividido en lo que respecta a sus verdaderos intereses.

Ahora sí podremos ver la importancia del rumbo de la marcha. Ahora que están surgiendo llamados para la creación de un tercer partido, es importante desplazarse con cuidado, ni tan lejos como para que se pierda la conexión con otros revolucionarios, ni tan tímidamente que nos quedemos rezagados. Será esencial visualizar una progresión sobre dónde y cómo evolucionó la resistencia política en este país, para aprender la forma de desarrollarla como base para un paso cualitativo hacia un partido de los trabajadores.

Se debe ganar la guerra en el campo político de la batalla. La Liga se concentra en los aspectos políticos de la lucha y defiende la democracia para todos. Pero la democracia es imposible si no se derrota el poder económico de las corporaciones y la única forma de hacerlo es apoderándose de éstas.

La nacionalización de las corporaciones para salvaguardar los intereses de los obreros es el paso siguiente para lograr el fin último de obtener el poder político, con el fin de garantizar que los medios de producción socialmente necesarios se pongan finalmente en manos del pueblo.

El llamado a la nacionalización resume las demandas del pueblo y ofrece una solución. La lucha para unificarse sobre este paso es el ambiente en el que la Liga puede prestar asistencia a la clase para que observe su misión histórica, presente una visión posible de cara al futuro y disemine una estrategia para lograrlo.

Informe político del Comité Permanente de la Liga de Revolucionarios por una Nueva América, setiembre del 2011.

Enero.2012.Vol22.Ed1
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