Este es uno de una serie de artículos de educacion política, que explica un concepto básico del proceso revolucionario, desafiando a los lectores a explorar su significado político en el ambiente actual.
El capitalismo es el sistema de compra-venta basado en la explotación de la mano de obra humana, la cual es la única fuente de valor. La eliminación de la mano de obra en la producción, destruye la fuente de todo valor, y por tanto la plusvalía, que es a su vez la fuente de las ganancias-robadas de los trabajadores por los capitalistas. Sin valor, plusvalía y ganancias, el capitalismo no puede sobrevivir como sistema.
Este artículo discutirá como la destrucción del valor marca el final del capitalismo, y del sistema de valor mismo, dando paso a una nueva sociedad basada en un nuevo sistema económico.
El término “valor” en economía política realmente significa “valor de cambio”. Este término significa la escala en la cual dos diferentes productos de la labor humana se intercambian entre sí. El valor (ó valor de cambio) existe en la sociedad humana, en donde la gente está organizada, con una división laboral para la producción y distribución de bienes y servicios. El valor en este sentido, no existe cuando los seres humanos viven aislados, o cuando una persona produce únicamente para su consumo personal.
Por ende, el valor es una relación social que sólo existe en el proceso de compra y venta. Sirve para asignar fuerza laboral y otros recursos necesarios a la producción y distribución, bajo condiciones en las que la mano de obra es insuficiente para satisfacer las necesidades de todos. Cuando una sociedad es capaz de producir en abundancia para satisfacer todas sus necesidades, el valor desaparece como un medio determinante de lo que se produce, de quien lo consume y de quien se beneficia de la riqueza.
En el complejo sistema del capitalismo, el valor asigna la necesaria mano de obra para satisfacer las necesidades inmediatas de la sociedad. También libera el poderoso ingenio humano para aumentar la productividad de la mano de obra, por medio de la tecnología en la producción. De esta manera, hoy la sociedad tiene suficiente riqueza material para satisfacer las necesidades humanas.
Bajo el capitalismo, los capitalistas poseen y controlan los frutos de esta ampliada labor productiva. Hoy en día, 567 millones de personas viven en países cuyo producto interno bruto es menor que la riqueza combinada de las siete personas más ricas del mundo. La polarización entre la riqueza y pobreza, nunca ha sido mayor. Sin embargo la mano de obra sigue siendo la única y verdadera fuente de todo valor.
El valor de todo bien está determinado por el tiempo laboral socialmente necesario para su producción. El tiempo laboral socialmente necesario, es la cantidad de mano de obra requerida para la producción bajo condiciones sociales promedio. La cantidad de valor en un bien, que es calculado sobre lo pagado a los trabajadores para su producción, es la plusvalía. Todo lo cual es creado por la mano de obra, fuente de toda ganancia, pero robada por los dueños de los medios de producción, es decir los capitalistas.
Mientras el capital se esfuerza por obtener mayores ganancias de la plusvalía robada, los trabajadores se encuentran en constante lucha contra su incesante empuje, por imponer sueldos cada vez menores. Los sueldos son la expresión monetaria del costo de la fuerza laboral. Los trabajadores son la fuerza laboral: los trabajadores son la fuente potencial ó real de la mano de obra.
El costo de la fuerza laboral es el costo de sostener a los trabajadores y sus familias, y el capitalismo encierra a los trabajadores en la pobreza ó en la amenaza de pobreza.
Desde los albores del capitalismo en las fábricas textiles de Inglaterra, hasta su dominación de la sociedad global, los capitalistas han sido y son empujados por su competición, con otros capitalistas, para maximizar sus ganancias a expensas de la clase trabajadora y sin interés alguno por las consecuencias que ello tenga sobre la sociedad. La máxima ganancia es la meta de toda actividad por parte de cualquier individuo miembro de la clase capitalista.
Como consecuencia de esta competición, cada capitalista busca rebajar los costos de producción para aumentar sus ganancias, por medio de una mayor explotación de los trabajadores é introduciendo nueva tecnología para cortar los costos laborales y aumentar la productividad.
El capitalista primero en introducir nueva tecnología consigue una ventaja competitiva, pero cuando sus competidores adoptan la misma tecnología, la mayor productividad y bajo costo de mano de obra se expanden a través de toda la línea del producto. Los precios caen de acuerdo al valor reducido, y menor plusvalía puede ser extraída del proceso de producción. De este modo las ganancias decaen para todos.
La sed de máximas ganancias del capital ha conllevado a la introducción de revolucionarios medios de producción, creando así una era de revolución social. Previos avances tecnológicos ahorraban mano de obra. La tecnología electrónica en la producción reemplaza la mano de obra. Reduce los costos de mano de obra al reemplazar seres humanos por robots y tecnología computarizada que controla y opera maquinaria.
Los robots en las líneas de producción trabajan, más eficientemente que los trabajadores, sin ningún costo laboral para los capitalistas; y las herramientas controladas por computadora son más rápidas y precisas que hábiles operarios. La mano de obra está siendo eliminada de la producción, y de este modo la fuente de valor y plusvalía también está siendo eliminada. La fuerza laboral de los trabajadores, cuyo trabajo es hecho por robots ó por maquinas computarizadas, no significan nada para la clase capitalista.
Pero hay más: estos revolucionarios medios de producción causan deterioro en el proceso de compra-venta que es esencial para el capitalismo. Los robots y las maquinas computarizadas no reciben pago alguno y no compran nada, producen pero no consumen. Y los trabajadores reemplazados por estas maquinas, no reciben pagos. Cuando los trabajadores no pueden comprar, los capitalistas no pueden tener ganancias. El impacto general de la nueva tecnología es tirar las ganancias hasta cero.
La tecnología electrónica elimina la mano de obra humana, destruye la fuente de todo valor, y así acaba un sistema de producción y distribución basado en la explotación de la fuerza laboral de los seres humanos.
Cero ganancias y cero valor de la fuerza laboral humana marcan el final del sistema capitalista de producción y distribución, y por ende el final del valor como medio para determinar lo que se produce y lo que se consume.
El capitalismo ha llegado a su final. Algo nuevo lucha por nacer, y por primera vez en la historia, es la abundancia y no la escases lo que puede definir a la sociedad. Sólo el pueblo puede determinar si la abundancia será de un puñado de capitalista ó si será de y para el bien de la comunidad.
Esta es una traducción del artículo en inglés, si tiene alguna pregunta, por favor vea la versión en inglés de este sitio de la web, o comuniquese con
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Enero.2009.Vol19.Ed1
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