Comité Permanente, Liga de Revolucionarios por una Nueva América

La contienda presidencial esta probando ser volatil y no muy previsible, ya que un número creciente de norteamericanos se encuentra insatisfecho con la polÌtica capitalista. Algunos empiezan a creer que la independencia política de la clase capitalista es la única solución. Hay otros que saben que los demócratas no son la respuesta, pero sienten que no tienen otra alternativa en el campo electoral, mas que luchar por alguna concesión. Esos creen que su única opción es apoyar "al mejor de los dos diablos," para que haga la diferencia o para que a duras penas se pueda ganar algo. Pero independientemente del nivel de descontento de la gente con la polÌtica de hoy, lo que se sabe con certeza es que la mayoría no sabe que hacer sobre todo esto.

A los revolucionaros les queda la tarea de explicar a que se debe la creciente polarización, cuáles son sus raíces económicas, y de presentar una resolución a los problemas que la gente enfrenta. A medida que el descontento empieza a expresarse y la gente empieza a integrarse a un movimiento politico, el proceso electoral esta creando la oportunidad para romper con las connexiones ideológicas y políticas que atan a los trabajadores a los capitalistas.

Los revolucionarios comprenden que el sistema capitalista no puede proveer las necesidas básicas. Las corporaciones usan la competición global entre los trabajadores, la especulación general y el reemplazamiento del trabajo humano por la automatización, y los robots para maximizar sus ganancias. Esta sociedad, como la conocemos hoy día, se esta destruyendo. El aparato estatal esta siendo restructurado para avanzar los intereses de las corporaciones, para garantizar la ocupación policíaca de nuestras comunidades, y para facilitar el dominio y el control militar de los EE.UU. a través del mundo. Los resultados son: más polarización económica y por tanto política y social y, la creciente amenaza del fascismo.

El despliegue publicitario multibillonario de las campañas presidenciales le está dando energía a la gente, pero los capitalistas buscan no únicamente controlar el arrollante movimiento político, sino la legitimazación de su gobierno. Las diferencias entre los candidatos son de tácticas únicamente, el éxito o fracaso de uno u otro candidato son un medio para determinar lo que el pueblo norteamericano esta dispuesto aceptar. De un lado, está la zanahoria de lo demócratas "progresivos" y sus posturas populistas, y por el otro, esta el garrote del temor de la victoria de una derecha extrema. Los dos lados funcionan como uno solo para atar a los trabajadores a la clase gobernante.

Una clase nueva está surgiendo en este periodo de destrucción. Esta clase nueva consiste de trabajadores temporales y contingentes que luchan para sobrevivir, como también, por los trabajadores desempleados, estructuralmente y absolutamente destitutos que duermen en las calles cada noche. Los desposeidos, la clase nueva, están trabados en una lucha para sobrevivir o morir.

La lucha por viviendas para todos, atención médica universal, educación de calidad, empleos con sueldos decentes, protección y ayuda contra desastres, agua potable y aire limpio, por nombrar sólo unas pocas, todas son necesidades por las que la clase nueva lucha a diario. La ira contra esta nueva realidad y la desconfianza tremenda contra las corporaciones esta creciendo en todo el país, esto brinda la oportunidad para levantar la agenda de la clase nueva y educar a la gente sobre la posibilidad de construir una sociedad comunista.

Nuestro compromiso es con nuestra clase, no con un candidato en paticular o con un partido de la clase gobernante. Los revolucionarios luchan por las necesidades y agenda de nuestra clase, y las elecciones brindan una oportunidad para llevar las demandas de la clase a los que luchan en el campo electoral. La gente votará conforme a su conciencia, pero la verdadera lucha es más grande y de largo plazo. La clave de esta lucha está en que la gente desarrolle una perspectiva estratégica que funcione antes, durante, y después de las elecciones. El primer paso a lo largo de este camino estratégico es unir a los revolucionados de dondequiera, conforme a las demandas prácticas de la clase nueva, y de educarlos y ganarlos a la solución cooperativa y comunista del problema.

 

Enero.2008.Vol18.Ed1
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Las elecciones del 2008: Hay que luchar
por el programa de nuestra clase