Por El Comité de Dirección de la LRNA
Los Estados Unidos es un inmenso país con una inmensa población de casi 300 millones de personas, llevando el tercer lugar como país mas poblado del mundo. Solamente un gran movimiento del pueblo estadounidense podrá derrocar el reino del capitalismo en los Estados Unidos. Este movimiento de las masas solo puede ser impulsado por la surgiente clase nueva revolucionaria de los que viven en la pobreza y marginados, forzados a reestructrar la sociedad para sobrevivir. Esta clase nueva requiere una organización revolucionaria que le pueda guiar a través de las varias etapas del proceso revolucionario. En este artículo, analizamos desarrollos del “Rust Belt” (region industrial decayente) que rinde opportunidades a los revolucionarios para completar la etapa actual de este proceso.
Todos los días nos enteramos de otra gran despedida de trabajadores, del cierra de otra fábrica, de corporaciones que eliminan planes de pensión, o de intentos de privatizar el Seguro Social. El capitalismo ha llegado a la etapa donde ya no puede sobornar a los trabajadores estadounidenses y ganar su apoyo con mayores sueldos y condiciones de trabajo superiores. Al contario, la clase gobernante está cambiando su forma de mando burgués de una república democrática que garantiza el bienestar de su pueblo; a un gobierno que pone en el trono a las corporaciones, renuncia toda responsabilidad hacia la sociedad, y se está convirtiendo a una forma de fascismo para avanzar sus propios intereses.
Esta brecha en la conección económica entre los trabajadores y los capitalistas está concentrada en el “Rust Belt” el corazón de la zona industrial estadounidense, que se extiende desde la parte oeste de Nueva York, Pennsylvania, y West Virginia, y cruza por por la parte superior del Mediooeste a través de Wisconsin y Michigan. Es aqui donde las mayores concentraciones de industrias de autómovil, acero, hule, y otras mas que en su día impulsaron la economía estadounidense y comprometián a los trabajadores con los capitalistas por medio de sueldos altos, trabajos sindicalistas, y otros beneficios sociales.
Hoy en día, mientras las industrias de esta zona industrial estadounidense se cierran o se trasladan a otros lúgares; o son autómatizadas (robotizadas), el “Rust Belt” está siendo devastada por todo lado. El perfil de la resultante crisis económica, social, y política está claro para todos. Pero la crisis ha dejado a las masas del peublo sin cohesión política ni orientación ideológica, mientras las organizaciones de las masas, que en su día podían responder eficazmente a los problemas, no tienen soluciones para los retos del nuevo período.
Mientras esta etapa en el proceso revolucionario se desenvuelve, el apuro en que se encuentra el obrero de “Rust Belt” muestra lo que le espera al resto de los EEUU.
Etapa Actual
Aunque la conexión económica entre los trabajadores y los capitalistas está en proceso de ser destruida, los trabajadores del “Rust Belt” todavía están ideológicamente comprometidos a la clase capitalista, ya que no conocen otra alternativa. Estos lasos idelógicos se manifiesta a medio del fundamentalismo religioso, el anti-comunismo, la supremacía racista, y el individualismo.
Sin dirección revolucionaria, la única alternativa a la destrucción económica y social del “Rust Belt” es que los líderes de las masas de obreros presionen a los políticos para que exigán nuevas de inversiónes y las corporaciones - una solución que ya es no muy probable. A la misma vez, los capitalistas están limitando, en vez de apmliar, la responsabilidad del gobierno en cuestiones de vivienda, cuidado de la salud, y para los empleos. Por ejemplo, los escazos recursos de asistencia para las organizaciones comunitarias son controladas por regidoores locales, fundaciones, y corporaciones privadas. Esto refuerza el compriso de los trabajadores con los capitalistas por medio de los políticos, asi conteniendo la lucha dentro del sistema capitalista.
Hay un creciente número de trabajadores que viven de cheque a cheque y con el temor de perder su trabajo, sus casas, y de verse forzados a vivir en la calle. Pero en vez de volver a estos trabajadores contra el sistema capitalista, su desesperación les forza a exigir aún más de sus gobernantes y de las corporaciones para satisfacer sus necesidades inmediatas. En veg de dirigir su coraje en contra del sistema capitalista - por ejemplo en lugares como Detroit, donde el gobierno local se encuentra en la quiebra y las corporaciones han estado cerrando sus puertas y lléndose, estas tácticas son limitadas, y la situación está madura para una alternativa revolucionaria.
El proceso revolucionario se desarrolla en etapas, y la situación que acabamos de describir nos indica mucho acerca de la etapa actual. Todas los rangos de la sociedad sienten la destrucción social a través de todo el país, pero la clase nueva de trabajadores desplazados aún no está consciente de sus intereses como clase. Las masas se ven obligadas a luchar por reformas, pero ya no pueden lograr esas reformas dentro de los límites del sistema existente.
Durante esta etapa del proceso revolucionario, es necesario que los revolucionarios desarrollen el conocimiento de los trabajadores que entienden acerca de la crisis de destrucción. Ellos deben enseñarles por qué está ocurriendo, mediante el desarrollo de consciencia de clase e ideología, y con la explicación de qué un movimiento a través del país tiene que ser basado en el programa de la clase nueva. Esta fundación es necesaria para reestructurar la sociedad y los trabajadores que lo entiendan llevarán el mensaje al resto del movimiento de las masas. Sin este desarrollo subjetivo del movimiento, la etapa actual del proceso revolucionario no se puede desarollar y llevar acabo.
No cabe duda que el movimiento de las masas en el “Rust Belt” está listo para esto. Ya han habido impulsos para reaccionar fuera de los medios de costumbre. En los últimos cuatro o cinco años, han habido brotes ocasionales en contra del estado en Cincinnati y Toledo, Ohio y en Benton Harbor, Michigan.
El “Rust Belt” es donde las expresiones de esta etapa de la línea de marcha se manifiestan en una forma concentrada. Los revolucionarios pueden aprender cómo llegarle a la gente de los Estados Unidos en su totalidad, confrome empiezan a sufrir estos mismos problemas.
Llegándole al Pueblo de los Estados Unidos
Hay una brecha sinificante entre las abstracciones scientíficas que guían a los revolutionarios conscientes y las percepciones que motiván a las masas del pueblo. Los líderes prácticos que emergen del movimiento espontáneo son clave para unir esa brecha. Ellos podrán ayudar a despertar a las masas que dormitán y desarrollar ideas nuevas. Para lograrlo, el primer paso es hacer un análisis del pensamiento y del nivel ideológico del movimiento para crear un convenio de este proceso. Es necesario para que asi los revolutionarios puedan unirse a los líderes prácticos ideológicamente y llevar acabo la etapa actual en el proceso revolucionario.
Semejante análisis muestra que hay una incipiente ira y frustración entre los obreros que está dirigida particularmente contra la rapacidad de las corporaciones y la tremenda corrupción que existe dentro de la vigente administración en Washington. Apelando a la moralidad de los obreros en estos temas, los revolucionarios pueden comprobar que el enemigo no son solamente las corporaciones, ni cualquier político, sino la clase capitalista en total - y asi involucrase en una lucha en contra ellos como una clase.
Luchando por las necesidades de los trabajadores y del pueblo mediante las organizaciones de las masas - por ejemplo, la demanda por agua en Detroit - los revolucionarios pueden impactar la consciencia de las masas y de sus líderes prácticos en los hechos de la lucha por reforma. Mediante esa lucha, los revolucionarios pueden mostrar que las demandas por reforma no pueden ser logradas bajo el sistema de capitalismo y que en efecto se necesita un sistema nuevo.
De esta manera la LRNA, mediante los líderes prácticos, puede desarrollar consciencia de clase, una estructura de organización, y una ideología basada en las necesidades de la gente pobre y marginada de la sociedad, para llegarle a la gente de los EEUU. Al mismo tiempo podemos desarollar a la LRNA al nivel local y nacionalmente, basándonos en la lucha por la clase nueva y como la fuerza de impulso del movimiento de las masas.
Una de las herramientas más importantes que necesitan los revolucionarios para emprender un movimiento es la prensa que sepa dirigir y ser del movimiento. Semejante prensa desempeña varios papeles simultáneamente. Por ejemplo, actúa como un portavoz y como arquitecto del movimiento y, a la misma vez desarrolla la ideología de ese movimiento. En EEUU antes de la Guerra Civil, la prensa Abolicionista desempeñó un tremendo papel exponiendo las calamidades de la esclavitud mientras que fomentaba el ultraje moral en contra de la esclavitud como sistema.
Los periódicos son herramientas multifaceticas e indispensables que son distintos a otros medios de comunicación disponibles a los revolucionarios. Creándo una red de corresponsales y distribuidores, ayudan a organizar una estructura que une a los revolutionarios prácticos. Las formas variadas de la prensa proveén un foro contínuo donde los líderes del movimiento y las masas se puedan comunicar y aprender uno del otro. Es la manera de unirse a una organización, y un método de educar a sus constituyentes. La prensa también reúne a las dispersas y aisladas luchas del pueblo en un coherente movimiento. Logrando esto se crea una ideología en común que se puede basar en satisfacer las necesidades de la clase nueva.
Visión Alternativa
Hoy en día, las dispersas y aisladas luchas del movimiento espontáneo son guiadas por una visión alternativa que es práctica y positiva a la del capitalismo. Pero para diseminar semejante visión, debemos orientar la ira de la gente y el ultraje moral, para demostrar que el sistema capitalista está anticuado y en la ruina. Los revolutionarios tenemos el deber de mostrar que es posible otro sistema y que los seres humanos pueden desarrollarlo basándose en sus intereses como clase nueva y revolucionaria la cuál ya no se identifica nada ganar con el sistema antiguo. El final de esta etapa del proceso revolucionario será la independencia ideológica y política del movimiento de las masas que enfrente a la clase capitalista. Entonces las masas mismas podrán soñar , y conceptualizar una sociedad libre de carencia, injusticia, hambre, y miseria, lo cuál permite el desarrollo pleno de todo ser humano.
Sí, es posible otro mundo. Nosotros podemos crearlo, pero debemos llevar acabo la etapa actual donde nos encontramos. Si usted es un revolucionario, únase a la LRNA para hacerlo una realidad. No podemos lograrlo sin usted.
Abril.2006.Vol16.Ed3
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